miércoles, 7 de abril de 2010

El Principe Wohc y las Cinco Hadas

Novela corta de fantasia

      Se cuenta que para el tiempo de las flores de luz gigantes, vivía un rey muy despistado en las cercanías del frondoso bosque de Shedd’s. El bosque era muy bonito. Sus árboles eran todos muy altos, repletos con flores de colores brillantes y vibrantes como lo son el rosado, blanco, naranja, azul, violeta y verde.


      Los pájaros que vivían en este bosque eran muy felices, sobre su lago existía un arcoíris hermoso que mostraba sus colores todos los días del año. Todos los días los pájaros cantaban sus silbidos de felicidad, y por eso todos los habitantes del bosque disfrutaban de un ánimo de alegría.

    Pero el más peculiar obsequio que la naturaleza le dio al bosque de Shedd’s, fueron sus flores de luz gigantes; eran del tamaño de un hombre y cuando se les silbaba dulcemente sus pétalos se rellenaban de luz, así mostrando su esplendoroso color a quien estuviera cerca de ellas.

      Es en este magnífico lugar donde vivía el Rey Sesna.




      Poseía un gran castillo de mármol gris muy bien construido y vigilado de posibles visitantes. Sus veredas poseían gramas amarillas que conducían a las afueras de castillo en dirección al bosque y a sus hermosos jardines. Era muy espacioso el castillo y lleno de flores que adornaban todos sus balcones.

      Además de sus guerreros, el rey tenía una familia sencilla, compuesta por su hijo el príncipe Wohc, su hija la princesa Amanda y su amada esposa la reina Erena. Su único hijo varón era el heredero al trono, el Príncipe Wohc.

     Al príncipe, le encantaba sentarse junto a las ventanas de los balcones más altos del majestuoso castillo. Desde ahí admiraba los fascinantes colores del bosque. Y silbaba suavemente para que las flores de luz iluminaran los caminos.



      Pasaron algunos meses y se preguntaba porque las flores gigantes de luz habían dejado de brillar.

      Al tiempo que el príncipe fue creciendo en edad, fue admirando más las cualidades de su bosque. Solía pasearse observando detenidamente  por entre los árboles y veredas de frondas, silbando a ver si regresaban las luces dentro de las flores del bosque. Siempre cargando con su espada de oro. También tenía un cesto de pajas donde recolectaba flores de tamaño normal para cooperar con la decoración de los alrededores de su castillo. Y seguía echando de menos las luces de sus más preferidas flores, las flores gigantes de luz.

      Siguieron pasando los días y las noches, los meses y algunos años y el príncipe se dio cuenta de que en su bosque estaba ocurriendo algo muy terrible, algo que podía llegar a terminar con la vida de una gran cantidad de los árboles que vivían ahí por tanto tiempo. Y algo aun más espantoso; el terminar por completo con las frondas de flores que tanto le gustaba recoger.

      Una mañana mientras caminaba, se percato de un hombre que tallaba letras por encima del tronco de muchos de los árboles. Utilizaba un bastón con punta de lanza afilada. Los marcaba sin piedad, dejándolos secos y maltrechos, casi al borde de la muerte.

      Las ramas que no tallaba las cortaba desde el tronco, dejándolas caer al suelo y enojado las pisoteába. Se movía nervioso, con mucha prisa y muy preocupado de quien pudiera estar observándolo. 

      Wohc muy triste, cayó de rodillas frente a la escena malvada de tan espantoso hombre. Levanto sus dos manos en el aire mientras observaba el sol y sintiéndose muy molesto decía.
  
      –“Porque este Hombre pretende destruir los arboles”

      Y el misterioso hombre todavía no se daba cuenta de la presencia tan cercana del príncipe. Al correr hasta él, el príncipe sujeto su espada y estuvo muy alerta de sus alrededores, en caso de que fuera atacado por ese sujeto que cargaba el bastón afilado.

    Cuando más cerca estuvo de él, se percato de quese retiraba desesperado por los arbustos oscuros, y que espantado de su espada resplandeciente, trepaba por entre las raíces de los arboles, observando en ocasiones al príncipe. Casi siempre tapando su rostro con las telas de sus vestidos de saco.

    Al ver los árboles de cerca, el príncipe se percato de que muchos de ellos tenían tallados sobre sus lomos muchas oraciones y versos. Los mismos invitaban a los residentes del bosque a que fueran unas personas malas. Y el príncipe los leyó casi todos en voz alta.


“Se comerán todas las flores del bosque porque son solo un adorno”
“Nadie debe decir a los demás la razón de cuidar los árboles”
“Ninguna persona tiene permiso para cantar en el bosque”
“Yo soy el único que puede sembrar flores en este bosque”
“Todos los residentes del bosque deben hacer lo que yo les diga”
“A lo mejor regrese pronto a sembrar nuevos árboles”
“Quien es mejor que yo para ser su mejor amigo”

      Luego de leer se pregunto.

     – ¿Quien puede leer esto? ¿Qué otras personas pueden vivir en este bosque? Yo soy el único que camina por estos árboles desde hace muchos años.

     Luego se retiro a su castillo, caminando lentamente por la vereda, lleno de preguntas acerca de lo que había pasado.


      Otro día en particular, el príncipe Wohc regreso al bosque como de costumbre, preparado para dar la batalla por los árboles de su lugar más preferido.

      Entrada la tarde de ese día, Wohc se propuso tachar todo lo que aquel hombre misterioso había escrito. Necesitaba que los residentes del bosque volvieran a ser tan felices como antes. Y sobre todo que florecieran sus árboles y sus flores de luz.

     Pero su pluma de tinta no era suficiente para borrar el problema que aquel extraño hombre vestido se saco había creado, necesitaba algo más fuerte.

      El príncipe Wohc levanto en el aire su pluma, miraba hacia el suelo para no salpicarse mientras su pluma de tinta se transformaba en luz, repetía en descontento.

      “Dejare el tintero y acudiré al rayo eléctrico de la escritura, porque es de suma importancia detener las enseñanzas de este hombre malvado. Antes de que se disperse su manera perezosa de ser entre los pensamientos de los habitantes del bosque.”



      Casi como si fuera un espejismo resplandeciente. La punta de su pluma de tinta se encendió en luz más brillante, despidiendo partículas eléctricas que salpicaban de lado a lado formando un peculiar color amarillento y energético.

      Entro aun más adentro del frondoso y colorido bosque de Shedds y comenzó a escribir cosas buenas sobre cartelones construidos anteriormente con maderas viejas, colocándolos al pie de cada árbol dañado.

      Un habitante mágico del bosque mencionaba palabras en una lengua desconocida mientras se mecía suavemente escondido entre las ramas.

-Quercus robul- no al nomus -Nunca nomus en Quercus robul

      Este amistoso ser,  se escondía entre los árboles, y con sus palabras mágicas lograba bajar las ramas más altas para que fueran colocados más cartelones escritos por este rayo mágico de la escritura.

     De pronto se escucho una voz muy dulce que sonreía de vez en cuando, muy cerca del príncipe y que repetía.”

      -Ja ja ja ja, no habrá daño en el bosque, siempre y cuando tu labor sea buena y de bienestar para los demás habitantes ja ja ja ja. Y de esa manera podrás combatir el Nomo que destruye los arboles del bosque de “Shedds”. -Ja ja ja ja.

    -¡Escuchadme ser mágico! ¿Porque no me dejas verte?  ¿Porque no me dejas ver quién eres? -repetía Wohc, muy intrigado-.

     -Puedes ver mi escritura que habla de cosas buenas. Como lo es mostrar buenos valores hacia los demás.

     Algunos de estos escritos que el príncipe reposo al pie de muchos árboles dañados por el malvado hombre, podían verse al pasar por el camino y leían así:

“Las personas de mayor edad, siempre deben ser respetadas, aunque no entiendan mucho”

”El problema de un ajeno, será mío también por acércame a él”

”Debo siempre trabajar, teniendo en cuenta que pertenezco a una
familia que quiere realizar sus sueños”

”Aprenderé a trabajar, de los que tienen buenos valores en el desarrollo de sus vidas”

”Donde no pertenezco, debo de tolerar sus reglas y costumbres”

“Seré consiente de mis puntos débiles para aprender a mejorarlos”.

      Como si pintara una obra de arte, el príncipe escribió mas versos similares que hablaban sobre la importancia de tener “valores”,  colocándolos por muchas partes del bosque.

      Más adelante en el camino, un peculiar escarabajo de concha roja con puntos negros recolectaba pajilla en una carreta del tamaño de una manzana, caminaba con prisa y muy enojado, deteniendo al príncipe para gritarle.

     -¡Alto ahí! Señor de armadura.- soplaba su trompeta de flores blancas en dirección al cielo. -TURUUUU-TURUUU-TURUUUU
     -Alto, soy quien manda todo esto, ¡todo este bosque me pertenece!-

      Luego de hablar, el escarabajo recolector se sintió un poco débil, y el color de su cara palideció. Muy triste y sentado en el suelo dirigió su voz hacia el príncipe.

     -¿Porque los discursos del Nomo hacen tan malo a los hombres?

      El escarabajo admiraba los resplandecientes colores de la armadura de Wohc.

     -Eras un príncipe, pequeño escarabajo…, pero el Nomo que mencionas,  te ha convencido de que seas una persona furiosa con los demás, por eso... se han secado las flores de las frondas donde habitan tus doncellas las Hadas magicas.

      – ¿Y porque lo hace?- interrumpió el escarabajo.

      -Lo hace porque no tiene amigos por su mala manera de ser con los demás. Quiere convencer a todos los habitantes de que sus escrituras son de buenas para todos.
Pero lo que en realidad está buscando el Nomo es ser una persona famosa en el bosque.

      Quiere que lo solicite el rey para decirle que; " él es el único que puede arreglar todos los arboles". Una vez se comunique con el rey, así lograra quitarle su puesto y reinara sobre todos tus pequeños compañeros del bosque. Deja de pensar como él,  y lograremos juntos salvar a todos los príncipes y haremos florecer a todas las plantas secas del bosque.-

     -El Nomo Mantiene lleno de enojo tus pensamientos con sus palabras furiosas y regañonas. Acompáñame,  y así serás portavoz de la "integridad,cortesia,perseverancia" por todo tu bosque, serás nuevamente un príncipe admirable por tu esfuerzo y tu espiritu indomable.-






Parte II

      El atardecer en el bosque fue inolvidable para el príncipe, el color púrpura del cielo se podía ver radiante entre la maleza oscura. Entre las bellísimas frondas que aun vivían, se creaban espacios por donde se alcanzaban a ver todo tipo de estrellas fugaces.

      Y quedo dormido bajo el gran árbol donde habitaban las hadas mágicas.

      Al amanecer, un sonido poco usual despertó a Wohc. Era el cantar de las hadas mágicas que danzaban agarradas de sus manos. Formaban un círculo, saltando alegres sobre su armadura. Se mecían de lado a lado moviendo sus cuerpos alegremente mientras cantaban.

Laran –laran laran, a el Nomo detendrán
Laran –laran –laron, perverso y muy gruñón.
Laran –laran laran, a él Nomo detendrán
Laran –laran –laron, perverso y muy gruñón.

     Al verlas todavía casi dormido, a estas figuritas tan pequeñas, se le ocurrio que eran algunas hojas que reposaban sobre su cuerpo. También pensó por un momento que soñaba y que escuchaba cánticos majestuosos, así que se propuso a abanicarlas de su cuerpo.

     “Firusei”, el hada más astuta, se acerco presurosa y sutilmente le explico la razón de su alegría. Sujetaba su oído dulcemente y mientras le hablaba, abanicaba sus alitas rapidmente.

    -Somos las hadas que habitan este árbol, danzamos y cantamos para festejar tu valor por escribir tantos versos bonitos alrededor del bosque.

     Luego el príncipe Wohc, sujeto las hadas juntando sus dos manos abiertas, y se puso de pie.

     – ¿Porque veo que una de las hadas está muy triste? A pesar de que puse todo mi empeño en adornar el bosque con versos bonitos.

      Firusei, se elevó moviendo sus alitas suavemente junto a su oído y susurrando le explico.

      –Se llama Loha, dicen que un ser mágico que habita en el otro lado del lago le ofreció matrimonio. Luego de eso, el malvado Rey Escarabajo, perezoso y gritón, le comento que una vez se casara; que jamás podría volver a compartir con los seres fabulosos y mágicos que habitan en su árbol de origen. El ser mágico que pretende casarse con Loha, es capaz de mover las ramas de los árboles más altos del bosque, con tan solo hablar en una forma secreta que sus maestros le enseñarón.

      Sobrevoló hacia su otro oído. -Pero eres humano, dinos ¿quién eres?- añadió el hada.

      -Soy el príncipe Wohc, hijo del rey Sesna. Pertenezco al único castillo que se levanta al otro lado del lago de Shedds. Estoy aquí con la intención de recuperar las flores y arboles que crecían libremente en mi bosque.

      –Pero… ¿Qué edad tienes?-pregunto el hada-. Sus otras cuatro compañeras estaban sentadas muy calmadas sobre las manos del príncipe, nunca perdieron su esperanza saber quién era él.

      Sus cuerpos eran de colores verdes como las hojas de los arboles, tenían unas antenitas de ceda muy bonitas y sus caras eran blancas como la porcelana. Cada vez que hablaban, de las puntas de sus antenitas se desprendían una luces mágicas doradas. El príncipe contesto a su pregunta.

     -Pues, verán, tengo veinte años de edad, soy un príncipe muy joven, y por esa misma razón debo ser muy cauteloso. Porque represento las cualidades que posee mi castillo.

     – ¿Y cuáles son esas cualidades?- le preguntaban mientras sobrevolaban frente a él, muy animadas.

     -Tengo que ser el portavoz de los valores humanos que debemos mantener en nuestro castillo, y sobre todo mostrarlo en mi conducta hacia los demás. Más importante es, que pretendo casarme con la princesa Rosana, y a ella no le gustaría querer a un príncipe sin valores algunos.

     – ¡La princesa Rosana! -respondió Indra, el hada romántica, muy animada por la noticia del casamiento.

     -La hemos visto, hemos observado en las primaveras a una princesa que recolectaba flores en este lado del lago. Pero como se habían secado nuestras ramas y flores, la princesa no ha regresado jamás. Sabemos que sus vestidos estaban hechos de gemas rosadas y que tenía un cabello muy precioso, la colectora de flores, era ella.

     -Pero... ¿como es este ser mágico que pretende a Loha?, ¿Es un Elfo? Insisto en saber quién es, me parece conocido-pregunto el príncipe.

      La misma Loha sobrevoló muy cerca del oído de Wohc, y muy silenciosa le recito este verso:

“Se llama “Plini” y no es perverso, encargado esta de todo un huerto, pintando flores ha sido diestro, por eso viste de flores rojas, tapan su cuerpo de pies a manos, su nariz es larga y sus orejas de punta, con su cinturón amarillo en las flores no se me oculta, su sombrero rojo en forma de cono, sonrisa dulce, vencerán al Nomo”

      Woch, deposito las hadas sobre el suelo sintiendo un peculiar ánimo de lucha. Luego recostó su espada sobre el tronco del árbol, mientras descanso recostado del tronco mascando de una pajilla verde. El brillante sol del amanecer se aparecía por entre todas las ramas, el roció de la mañana creaba un holograma traslúcete de luz sobre sus espaldas, las hadas sobrevolaban el área. Imperaba el sonido de pájaros silvestres y la tranquilidad de una mañana magica...

     –Tengo que hablar con el rey de los escarabajos, no puedo estar tranquilo si no veo mejoría en el rostro de Loha. Pero, ¿Como lograre llegar a donde el?, en un mundo tan diminuto como el de ustedes.

    Firusei, se alzo en vuelo frente a su rostro explicando el plan a seguir.

    -Solo tienes que dormir deseoso de ayudarnos, solo entonces, en tu propio sueño se decidirá el futuro de tu proeza.

      Woch no perdió tiempo en recostarse nuevamente, quedo entonces dormido profundamente sobre las gramas húmedas del bosque, y durante el sueño… Logro ver una torre, donde un gran reloj marcaba la hora del atardecer, y como el sol no se acercaba al el horizonte como es debido a esas horas, corrió estrepitosamente a detener aquellas manecillas que marcaban el tiempo incorrecto. Al llegar al gran reloj, colgó su cuerpo de sus manecillas, pero fue tan arduo el trabajo de detenerlas, que al lograrlo callo al vació… Al caer al suelo... "resplandeció como si fuera un destello mágico". Despertó parado en el césped convertido en un tamaño "diminuto" junto a las cinco hadas.

      Las hadas del bosque muy contentas, frotaban sus antenitas en forma de gracia al ver que el príncipe tenía su mismo tamaño. Se movían muy alegres bailando de alegría justo a su lado.

     -Ahora llamaremos al escarabajo que recolecta, solo el nos podrá llevar en su carreta hasta el palacio del rey escarabajo. Pero tendremos que cambiar tu nombre, porque es tan malo el Rey, que al no poder mencionar tu nombre sin tener que preguntar como se dice correctamente, podría enloquecer tanto... que sería capaz de lanzarnos a la corriente más fuerte del lago de Shedds. Te llamaras “Spon”.

      Wohc pensativo,  practicaba con su espada y sus puños en todas las direcciones de atque, contestaba caminando de lado a lado.

     -Es tan malvado ese Rey que me parece que el Nomo cambio su manera de ser, así debe de hablar en su trono, en forma perversa. El Rey escarabajo debe pensar que lo sabe todo, todo sobre el bosque. Me imagino que piensa que puede dominar cualquier tema que se le presente. Al tener que preguntar cómo se pronuncia mi nombre, eso le molestaría porque él no tolera el tener que preguntar lo que no sabe. Estoy seguro de lo que tengo que hacer con él, solo llévenme a diez pasos de su caparazón. 

      -La maldad de nuestro Rey Escarabajo proviene de las enseñanzas del Nomo que viste de saco, eso lo entiendo. Pero... ¿cómo es el Nomo... ¿quién es él?, necesito saberlo, necesito anotarlo-exclamó el hada Esepci.

      El príncipe camino pausadamente, y en cuanto logro sentarse nuevamente a descansarjunto al tronco de un árbol frondoso le respondió.

     -Cuentan las leyendas del Bosque de Shedds, que el Nomo es un hombre vestido de ropas de saco y que camina por el bosque con un bastón muy resplandeciente. Cada vez que algún hombre se le acerca curioso a preguntar sobre su llamativo bastón, el Nomo comienza un discurso mágico. A través de sus palabras convence a los hombres a que se comporten perversamente, y a que se porten mal con su familia.

      -De esa manera el Nomo siente mucho poder, además pretende ser muy astuto y asombrar a los hombres que no van a la escuela con sus libros de enseñanzas sin sentido. Así puede permanecer oculto en cualquier parte del bosque, y casi siempre se refugia debajo del puente que cruza el lago.

      -Algunos dicen que nunca se ha visto su cara, porque que la esconde muy bien bajo su capucha de tela de saco. En ocasiones se hace pasar por un maestro de niños, convirtiéndose con ropas elegantes y cargando con libros, colándose de esa manera en las escuelas de los más chiquitines. Así les esconde los libros para que no lean nada y sean bobos. Y cuando crezcan bobos, solo trabajaran para él. Así los juntara con personas bobas y mal educadas que nada les saldrá bien. 

      Una leve brisa soplo sutilmente, balanceando las bellas frondas del bosque mientras se acercaba el escarabajo recolector, caparazón rojo y puntos negros. Llegaba más contento, silbando y cantando, moviendo su cuerpo al ritmo de su silbido.

     Tanto las hadas como Wohc, subieron en su carreta del tamaño de una manzana y se dirigieron lentamente por el túnel de gramas altas que llegaba hasta el palacio del Rey Escarabajo.

      Un bellísimo color rosado pastel se traslucía entre las flores rosadas que imperaban en el tope de las gramas verdes. Se formaba un camino iluminado y mágico en dirección al trono del Rey.

      Al llegar a los portones de la aldea, los escarabajos vecinos vigilaban asombrados la presencia de Wohc y de las cinco hadas. Su pantalón rojo terminaba dentro de sus botas marrones, y su armadura plateada reposaba sobre una camisa blanca de mangas largas, sus ropas lo hacían sobresalir frente a los cuerpos verdosos “parecidos a hojas de plantas”, que tenían las cinco hadas. Los portones de la aldea lentamente comenzaron a retroceder…






Parte III

      Mientras las compuertas se trasladaban hacia atrás, se podía ver un gran tronco de árbol recortado a mitad y muy grueso. Sobresalia del las gramas al fondo del camino iluminado y florido.

     El mismo tenía como acceso al tope, un camino tallado desde el suelo hasta el trono del rey, desarrollandose en escalones incrustados en el costado del tronco en forma espiral.

      Casi todo el pueblo escarabajo era mayormente formado por chiquitines que se
 arremolinaban curiosos al borde del camino que distanciaba el tronco y los portones del reino. Todos los escarabajos chiquitines eran muy bonitos, llenos de puntos de colores parecidos a los colores del arco iris.

      Wohc,  y las cinco hadas dejaron atrás al escarabajo que recolecta pajillas y a su carreta.

      Se acercaron al tronco agarrados de mano, caminando lentamente, impresionados por los residentes de la aldea. Hasta llegar justo al principio de las escaleras espirales.

     Cuando había pasado un momento de la subida cuando Wohc decidió detener la marcha del grupo.

      Las cinco hadas se miraban en asombro, trataban de detectar el más diminuto ruido o percatarse del más mínimo asunto que pudiera haber detenido el avance del príncipe.

      Beli, el hada poetisa, respondió a la situación.

  -Si algún peligro, no lo veo, el Rey Escarabajo será mi miedo, al no poder seguir el sendero,  para nosotras sera mejor , si no lo vemos-

      Wohc, sonrió y respeto la opinión de Beli.

     –No es mi intención detenernos Beli, entiendo tu miedo de presenciar al rey, pero miren el cielo.

      Y todas muy atentas observaron el cielo.

     -Qué grande es ese pájaro, ¿qué significan sus canticos? -preguntaban las hadas.

      En el tope del tronco, el Rey escarabajo caminaba rápido de lado a lado, tronaba su bastón sobre el suelo y repetía.

      – ¿Donde están los visitantes?, ¿Donde está Loha? ¿Donde está este supuesto príncipe Spon? –exclamaba molesto, gruñía.

      A las espaldas del rey se podía ver el majestuoso lago del bosque de “Shedds” y al otro lado, las tierras donde las hadas tenían sus casas entre las ramas más altas de los árboles.

     – ¿Continuamos subiendo hacia el tope? –pregunto en esta ocasión el hada Firusei.

      A su lado el hada Esepci, anotaba todos esos momentos que pasaban en la vida de las hadas, pues de ella era la responsabilidad de anotar toda la historia del bosque de donde pertenecen sus antepasados.

      Luego de anotar, Esepci, llamo la atención del príncipe.

     -Psss…hey, príncipe ven aca! Camino delicadamente junto a él y le mostro sus folios.

     – ¡Pero Wohc ¡ -exclamo-. -Según tengo anotado en mis folios de de ámbar, en el año dos, para el tiempo de las flores gigantes, habían sido varios los príncipes que habían intentado atravesar el bosque de Shedds en busca del Rey escarabajo.

     -Todos con la intención de terminar con su manera de ser tan boba. Cuentan que un antiguo rey, nunca más fue encontrado. Porque cuando estuvo de camino al trono del Rey Escarabajo, el Nomo se le apareció y logro convencerlo a que se detuviera. Le menciono que en una tierra lejana, existía una sombra de donde salía toda la maldad del mundo. Así que el rey opto por creerle y abandono el bosque, en vez de acabar en ese mismo instante con el Nomo y seguir donde el Rey.

     -Todo esto lo cuento según dicen los poemas que tengo escritos en mis folios. ¿Qué te hace pensar que valdrá la pena esta vez, continuar con el propósito de vencer este Rey? Además, nos preocupa el cantar del pajaro que nos mencionaste hace un rato. Nunca le hemos visto sobrevolar nuesto bosque.

      Así compartieron opiniones por un largo rato. Cayó la tarde y juntos seguían hablando mientras subían por el camino espiral y difícil del tronco.




      Wohc, contesto más adelante mientras subían.

     –Ese pájaro que surca encima de nosotros, lo conozco, es el mismo que anuncia la lluvia y por eso...la posible inundación de las partes más bajas del bosque. 

     – Entonces, ¿estaremos a la merced del lago cuando caigan las lluvias? -asintió Firuse, mirando hacia el cielo intrigada.

     -No, cuando lleguemos al tope del árbol, serán valientes y se ayudaran entre sí, para lograr sobrevolar hasta el otro lado del lago.

      Deben vencer este miedo. Volaran por primera vez todas juntas, toda esa distancia y que lograran escapar, confio en su valor. Yo me quedare para hablar con el Rey.

     Luego de dar instrucciones, llegaron al tope del árbol.

     El rey escarabajo quedaba boca abierto al ver los resplandecientes cinturones de papel de oro que el príncipe había regalado a las cinco hadas. Indra, Loha, Firusei, Beli y Esepci. Justo en ese momento las cinco hadas se echaron en vuelo. Así se alejaron, y solo miraron hacia atrás una sola vez mas, logrando ver desaparecer poco a poco las pequeñas antorchas que daban luz al musgoso trono del rey.

      Todo el poblado escarabajo permanecía en silencio y muy pendiente al tope del tronco del árbol.

      Wohc, se mantuvo de pie, sin moverse sujetaba su espada fuertemente con ambas manos. Muy valiente y lleno de audacia le pregunto al rey escarabajo…

     – ¿En qué manera el casamiento de Loha con el elfo Plini despierta molestias a su majestad  Rey Escarabajo?

      Luego de oirlo el Rey comenzó con su impropio discurso lleno de mentiras. Aseguraba que nada pasaría con las lluvias porque solo él sabía los secretos de las nubes. Caminaba de lado a lado, hablando en todas direcciones, tronaba su bastón sobre el suelo de mala manera. Luego camino muy cerca del príncipe Wohc, permaneciendo calmado por unos segundos, mirándolo de frente a su cara. Pestañaba muy incómodamente, se notaba molesto y repetia.

     –Solo yo, el Rey de los escarabajos tiene el derecho de ver los bailes de la bellísima Loha. No quiero a ningún otro habitante cerca de ella y mucho menos que se case y abandone este bosque -contesto el rey muy desafiante.

     -Quiero decirle algo Rey Escarabajo -contesto Wohc-, también presiento un grave peligro.

     -Mis experiencias dentro de las tierras del bosque, me dicen que su aldea no resistirá las fuertes lluvias que se aproximan. Necesita avisarle a toda su gnte para que se preparen para las inundaciones.

      De pronto… el causante de todo, el perezoso "Nomo" apareció en el tope del tronco. Caminaba de puntillas de pie muy sigilosamente. Y dejo sentir su opinión.

     – ¿Quién se atreve a predecir el futuro de las lluvias de este bosque? Solo yo tengo las respuestas del cielo -menciono en un tono de voz árida y seca.

      La cara del Nomo era imposible de ver, y se escondía a las espaldas del Rey Escarabajo muy bien sujetado de su caparazón.

      Wohc, sostuvo su postura frente al Nomo y su aliado el Rey Escarabajo. Las llamas de las antorchas reflejaban su luz sobre la armadura plateada del príncipe. En ocasiones destellos de colores también reflejaban las siluetas del la cara del rey sobre el metal plateado.

      Y cuando el Nomo estuvo más inmerso en su absurdo hablar, Wohc escucho el cantar de unas pequeñas ranitas. Las ranitas cantaban así:

Coqui- coqui- coquiri-qui-qui   Coqui- coqui- coquiri-qui-qui


      Las ranitas que cantaban dulcemente lo hicieron recostarse en el suelo porque sintió un profundo sueño, quedando dormido inmediatamente en ese momento tan importante.

      Al despertar luego de oír los cánticos y todavía soñoliento, Wohc reapareció en su tamaño original, recostado en su palacio de mármol justo al lado de su amada doncella, “La princesa Rosana”.

      Desesperado… corrió hasta su balcón, solo para descubrir que todas las tierras junto al lago de “Shedds” amanecían inundadas ese día. Y que toda la aldea de escarabajos de colores estaba bajo sus aguas, igual como le llego a avisar al Rey Escarabajo.

      Y sintió tristeza al no poder hacer nada por salvar los escarabajos humildes que vivían en aquel reino. No sabía si todo su esfuerzo fue tan solo un largo sueño. Pero más le preocupo el no saber nada de sus cinco amigas las hadas.

      Luego se sentó en la mesa de su balcón al lado de su princesa y reposo su cara sobre el pecho de su doncella y recibio un dulce beso sobre su cabello.

      En las horas de esa mañana, la princesa Rosana visito su jardín mientras el príncipe daba alimentos a algunos caballos en los establos del castillo. De esa manera el príncipe trataba de olvidar lo que le había ocurrido con sus amigos mágicos del bosque.

       Y cuando menos lo esperaba el príncipe, se oyeron unas campanitas.

- Tilín- tilín-tilín tilín tilín-

      Y de repente, las cinco hadas reaparecían sobrevolando su vista inmediata. El ser mágico, el Elfo Plini, también apareció en el castillo, siendo cargado por una rama de árbol larguísima. Loha sonreía por estar casada con ese ser especial que tanto le agradaba y el príncipe también sonreía nuevamente.

      El esposo de Loha, el elfo Plini, trajo un regalo especial para el príncipe. Era un cofre especial. Su regalo fue en agradecimiento por su labor. Sobre el cofre estaba escrito un agradecimiento en unas letras magicas que solo el principe podia leer y que decían:

“Por tan solo soñar en un mejor mundo para todos los habitantes del bosque mágico, solo por soñarlo”.

      En el cofre, reposaban folios con palabras mágicas y especiales, que solo en el bosque de un Elfo como Plini podrían haberse formulado.

      Luego el príncipe Wohc fue valiente y se propuso a decirles a todos los habitantes de su castillo que el ser mágico del bosque, el elfo Plini, les había traído los folios del sueño. Y que contenían versos preciosos que dejaban dormir a los hombres sin tener ninguna pesadilla.

      En el castillo se propuso una gran reunión, donde todos los habitantes y todas las hadas del bosque estuvieron presentes.

      El padre del príncipe, el Rey Sesna se presento al salón de gemas verdes para ver los folios mágicos, y proclamo frente de todos.

     -Estos folios con palabras dulces nos traen a todos un sueño placentero y sin pesadillas.

     -Acepto que no estuve pendiente al Nomo que hiso tanto daño en mi bosque, y por eso quiero disculparme con todos ustedes. Quiero agradecer a las hadas mágicas por ayudar al príncipe Wohc a combatir al Nomo y su ayudante el Rey Escarabajo. También quiero dejarles saber que me siento muy triste porque algunos escarabajos pequeños desaparecieron para siempre por hacerle caso a ellos.

     -Ahora bien, quiero proclamar en este día, que mi hijo el príncipe Wohc y Plini el Elfo mágico, serán para siempre mis dos vigilantes preferidos del bosque.


      Luego el rey Sesna entrego las capas color turquesa a cada uno de ellos y a cada una de las hadas. Su color significaba que eran personas muy importantes entre todos los habitantes del bosque de Shedd’s.


  ¡Y que así sea¡




                              SONARON TROMPETAS DE TRIUNFO Taran -Taran Tarannn!

Así todos se sonrieron y estuvieron de acuerdo con seguir combatiendo el derecho a la vida de todos los arboles.
Aceptando que también la naturaleza crea cosas bonitas y que en ocasiones las destruye.

1 comentario:

enrique dijo...

Juliannie DaVinci escribio en mi enlace de Face book.


Hermoso cuento!! Me encanta la forma en que expones los valores sobre la conservacion de los arboles y de la naturaleza,sobre el comportamiento de los habitantes, tambien como expones el analfabetismo o la falta de interes por la lectura, y la forma en que fomentas el tener una imaginacion creativa y colorida a la vez.Y por ultimo la referencia ... Ver másque haces en el cuento en cuanto al termino "onomatpeya" que si no me equicovo fue bien usado por Luis Pales Matos. Nuevamente Fue un placer haber leido tu cuento.